Puso en mi mano un anillo, con flores entrelazadas y una
piedra naranjada en el centro. Era bonito. Pero mi corazón no anidaba ese tipo
de sentimiento hacia él; sin embargo, delante de sus amigos no quise
rechazarle.
Me había dado tanto y recibía tan poco. No pude evitar
sentirme culpable y atrapada.
Luego, en un movimiento inevitable sus ojos azul profundo se
posaron en los míos con aquella enorme alegría…para bajarlos bruscamente al
piso. Tanto me cuesta disimular? Tan transparente soy?.
Entonces, en un
movimiento desesperado por unir los trozos rotos de su alma, levanté su cabeza
firmemente con mis manos y le planté un profundo y dulce beso en la boca.
No puedo permitirme perderlo…él es lo mejor que me ha pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario